domingo, 13 de junio de 2010

Llantos.

El jueves llevé a Ale al cole de Mayka como todos los jueves, pero esta vez él no tenía ningunas ganas de ir. Había dormido la siesta, había merendado, estaba descansado, pero le dió por decir que no quería ir al cole desde que salimos de casa. Al llegar allí se le veía que no le apetecía ni ver el lugar y al entrar y esperando a Mayka se me echo en el hombro y me agarró como diciéndome que no le soltara. Pero apareció su profe y tuve que dárselo a ella que tuvo que cogerlo en brazos porque no había manera de que se quedara en el suelo. Se lo llevó llorando a mares y mirándome para que no lo dejara. Reconozco que debería haberme dado pena pero no me dio; si le dejo que no vaya, otro día se pondrá peor y faltará más a menudo y él necesita esas clases, le vendrán bien para su futuro, seguro.

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