Como un caballero.

Todavía no hemos empezado las clases de tenis y Ale ya está muy ilusionado. Me ha preguntado como se llama su profe y si vamos al club me pregunta que si él va a dar clases. Empezaremos el próximo sábado pero él ya está entrenando sólo dándole a la pelota contra la pared.

El domingo pasado, fuimos a misa sin mi hijo Santi porque se había traído amigos a dormir a casa. Ale siempre se queda sentado en su carro y se porta bastante bien, pero el domingo como Santi no estaba, quería sentarse en el banco al lado mía. Lo senté entonces y aunque en un principio le di unos juguetes para que se entretuviera, rápido me di cuenta de que era peor ya que hacía mucho ruído. Pues sin juguetes ni nada se portó estupendamente bien, tanto que cuando llegó el momento de la paz, todos los de la fila de delante y los de la fila de detrás le dieron la mano felicitándole por su comportamiento. -Te has portado como un caballero.- Todos le buscaban para darle la mano y él y yo todo orgullosos. Ya veremos este domingo.