Tensión bien, doctora mal.

Fuimos al oftalmólogo para hacerle a Ale la revisión de la tensión ocular. Esta vez pedimos la cita con la doctora Mireilla López, por ver que tal nos iba con una mujer. Tengo la sensación de que el doctor Reguera no me quiere contar las cosas tal como son para no hacérmelo pasar mal. De momento tuvimos que esperar una hora para entrar. Una vez dentro, ella no se había leído el expediente de Ale y no sabía nada, así que tuve que contarle que tenía un síndrome y que veníamos a hacerle una revisión de la tensión ocular ya que la había tenido alta. Le puso unas gafas y le hizo decir lo que veía, y el peque lo hizo muy bien. Le midió la tensión y me dijo que estaba bien, le hizo otras pruebas más y nos dió colirio para dilatarle las pupilas y hacerle un fondo de ojos. Nos salimos, le puse sus gotas y a esperar. Pensé que ya pronto nos ibamos, normalmente te llaman en seguida una vez que le pones el colirio. Pues no. Estuvimos esperando otra hora más. Ale estaba llorando, no sabía ya que hacer con él. Le pedí que nos dejara entrar, llevabamos dos horas esperando y Ale estaba desesperado. Pasó de nosotros. No esperé más y nos fuimos. No le hice el fondo de ojos y además, para qué le hace esa prueba, yo le dije que veníamos a mirarle la tensión. Si se hubiera leído el expediente del chiquillo hubiera visto que tiene hecho un fondo de ojos no hace mucho y que sólo veníamos por la tensión y si tuviera un poquito de sensibilidad no hubiera hecho esperar a un niño de 4 años más de dos horas.