Una historia de ranas.

Hoy estoy muy desilusionada. Rosario me dice que cuente más cosas que Ale hace bien y no tanto cuando hace algo mal o sencillamente no hace lo que debería. Pero es que yo estaba muy contenta porque veo que el peque está avanzando mucho y muy rápido. Es capaz de copiar una frase completa y sin ninguna ayuda, es capaz de coger una suma o una resta sencilla y realizarla solo sin que yo esté pendiente de él, sabe decir cuales son las partes principales del cuerpo porque ya lo hemos dado con el libro de conocimiento del medio, y además lee bastante bien. Pero todo lo que me alegra estas cosas que veo en casa se me vienen abajo cuando me vuelven a traer el cuaderno de lengua diciendo que no ha trabajado. Le he preguntado a él porque él no hace las cosas y sus compañeros sí y me ha dicho que es que ellos saben mucho.

Hay una historia que traía mi hijo en su cuaderno de clase que me ha gustado mucho y que quiero compartir.

Un grupo de ranas viajaba por el bosque y de repente dos de ellas cayeron en un hoyo profundo. Todas las demás ranas se reunieron a su alrededor. Cuando estas vieron lo profundo que era, le dijeron que, a efectos prácticos se podían dar por muertas.

Aquellas no hicieron caso a los comentarios y trataron de saltar con todas sus fuerzas para salir de allí. Las otras ranas seguían insistiendo en que sus esfuerzos serían inútiles.

Finalmente una de las ranas puso atención a lo que le decían y se rindió, se desplomó y murió. La compañera seguía saltando tan fuerte como le era posible.

Una vez más la multitud le gritaba y le hacían señas para que dejara de sufrir, le decían que no tenía sentido seguir luchando. Pero la rana seguía saltando hasta que por fin consiguió salir.

Todas las compañeras se le acercaron y le dijeron: -Nos alegra que finalmente hayas logrado salir a pesar de todo lo que te estabamos diciendo.- Pero la rana era sorda y no pudo oir como le decían que desistiera porque iba a fracasar y ella creía por el contrario que estaban animándola a que intentara salir.