lunes, 5 de octubre de 2015

Empezamos en el conservatorio.

¡Ale empezó en el conservatorio!

El instrumento que le asignaron por la nota que sacó fue el violonchelo. En la primera reunión que tuvimos con su profe nos dijeron que debíamos estar los padres en al menos una clase de instrumento a la semana, para aprender un poco nosotros y poder ayudarles en casa.

No obstante cuando le conté a su seño, Carmen; un encanto de mujer, sobre el síndrome del peque me pidió que yo me quedara en las dos clases semanales. Así que allí estoy yo con otros dos enanos más aprendiendo a tocar el chelo.

Después tiene que ir a lenguaje musical. El primer día que le dejé en el aula lo pasé muy mal. Traté de contarle al profesor sobre el síndrome de Ale antes de empezar pero no me fue posible.. entre otros padres en la clase y el jaleo de los niños acomodándose; y que no es fácil tener que ir por todos sitios planteando que Ale es un niño especial y que requiere un trato con un poquito más de paciencia.
Al terminar la clase entré a hablarlo con Ildefonso, que así se llama el profesor. Él ya se había dado cuenta. Me facilitó la tarea. Ese día salí muy contenta.

Después de la segunda clase de lenguaje musical le comenté al profesor que me recomendara un libro para poder ayudar a Ale en casa debido a mi carencia de conocimientos en el mundo de la música. Me ofreció entrar en clase y aprender al mismo tiempo que todos los demás niños. Y ahora me encuentro que cuatro horas a la semana voy al conservatorio y estoy aprendiendo música y violonchelo. Soy una alumna más.

Ayer, no obstante fue un mal día. No se porque.. o si resulta que Ale es siempre así en clase pero se pasó toda la hora sin prestar atención y poniendo la cabeza en la mesa como para echar un siestecita. Como no echaba cuenta, se aburría y se quería ir. Al yo decirle que todavía no podíamos irnos se ponía a llorar. Fue una clase calvario. Sencillamente ignoré ese comportamiento y luego no le dejé salir a jugar con los vecinos en plan castigo.
Hoy repasaremos lo dado ayer y ya podemos tocar el chelo porque nos hemos comprado uno. Nos lo dieron el sábado. Es preciosísimo.

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